El porqué concentrarse mejor triplica tu productividad diaria y varios tips para potenciarlo

Siempre me ha ocurrido desde pequeño a la hora de estudiar.

Cuando tenía 15 o 16 años, amigos míos iban a la biblioteca unas 4-5 horas los días antes de los exámenes. Sin embargo, yo solía estudiar en casa 1 o 2 horas, y con eso me bastaba para sacar buenas notas.

Mientras tanto, el tiempo restante que ellos dedicaban y yo no, jugaba al baloncesto, me iba con mis amigos o simplemente, encendía la play y me ponía a jugar al fifa.

La gran diferencia está en cómo invertía el tiempo a la hora de ponerme a estudiar. De las 2 horas que le dedicaba, aprovechaba más del 90% en las cosas importantes y sin perder la concentración.

Sin embargo, a mis amigos les preguntaba y les decía… ¿Pero en qué dedicas tanto tiempo en la biblioteca, si aún no hace falta?

“Es que no me puedo concentrar. De las 5-6 horas me suele cundir la mitad”.

Desde entonces me di cuenta de la gran importancia de la concentración para aumentar tu productividad, y ya no solo eso, si no el tiempo que ganas para dedicarle a otras cosas más interesantes.

Sin embargo, aunque siempre he intentado aplicar esta regla de centrarme cada vez en una cosa y dedicarle el mayor foco posible, últimamente no ha sido así. Mi dificultad para concentrarme ha aumentado por completo.

En los últimos meses tenía tantas cosas en la cabeza, que me he ido dispersando. He notado cómo mi productividad ha bajado y cómo se me iba acumulando las cosas que tenía que hacer.

Por qué he perdido la concentración últimamente y cómo evitarlo

El principal problema o dificultad para concentrarse es la multitarea y las distracciones.

Tener tantas cosas en la cabeza produce un bloqueo que hace que nos quedemos parados, sin saber qué es lo más importante y por donde debemos empezar.

Esto ocurre tanto al estudiar -cuando tienes tantos temas o materias y no sabes a cuál dedicarle el tiempo exactamente- o al trabajar, ya que tienes demasiados emails o tareas pendients y no sabes exactamente cómo darles prioridad.

Durante estos dos últimos meses se me ha acumulado demasiado trabajo y tareas que he tenido que compaginar:

  • Aprobar las asignaturas del máster que estoy cursando.
  • Crear e iniciar el podcast que va a ver la luz muy pronto.
  • Escribir mi primer libro para ofrecerlo a mis suscriptores.
  • Escribir un artículo para cada martes.
  • Formarme en diferentes cursos para seguir aprendiendo sobre Marketing Digital y negocios online.
  • Leer 2 libros al mes.
  • Planificar y comenzar a crear mi primer curso online.
  • Dedicar tiempo a otros proyectos online que tengo, para continuar creciendo y mejorando.
  • Mantener a flote todo lo que tiene que ver con el blog (emails, dificultades técnicas, promoción de las publicaciones, seo y otras tantas tareas que acarrea crear un blog).
  • Tener vida social (familia, novia y amigos).
  • Dar clases particulares a niños de bachillerato.

Como puedes observar, muchas de ellas completamente diferentes y a las que he tenido que adaptar todo mi tiempo.

¿Fácil pasar por un momento de agobio verdad?

Pues exactamente eso ha sido lo que ha ocurrido. En febrero tuve mi primer “burn out” que ahora se le llama. Quería dedicar mi tiempo a tantas cosas a la vez que terminaba el día y no había hecho absolutamente nada.

Lo único que parecía es que se iba acumulando el trabajo pendiente cada vez más.

Si estás en una situación parecida, lo primero que te recomiendo es tomarte unos días libre y descansar debidamente.

El siguiente paso será organizarte mejor.

La ley de Pareto y por qué es tan importante para concentrarse mejor

“En cualquier ámbito de tu vida, el 80% de los resultados proviene del 20% de las causas” Ley de Pareto

Es decir:

  • El 80% de tus resultados provienen del 20% de tu esfuerzo.
  • El 20% de toda la ropa que tienes la utilizas en el 80% de las veces.
  • El 80% de tus ingresos provienen del 20% de tus clientes/productos. Al igual que el 80% de tus gastos provienen del 20% de cosas.
  • El 80% de las visitas a tu web provienen del 20% de tus artículos.
  • El 20% de la población controla el 80% del dinero disponible.

¿Lo entiendes un poco no? ¿Cuál es la clave aquí entonces?

Nuestro objetivo será identificar cuáles son esas actividades a las que deberemos mantener nuestra concentración total para producir el 80% de los resultados.

Si estás estudiando para una asignatura deberás centrarte en ese 20% de tareas que realmente te van a hacer que saques una buena nota en el examen:

  • Entender los conceptos básicos que te permitirán realizar los ejercicios para el examen.
  • Hacer y repetir todos los ejercicios de exámenes de años anteriores que tengas.

Y no el 80% de tareas que hace la mayoría de personas:

  • Intentar leer o aprender el temario que ni siquiera te van a preguntar.
  • Hacer ejercicios que en nada se parecen o poco tienen que ver con los que nos preguntan en el examen.
  • Distraerse con el móvil o con cualquier otra cosa.

En el caso de tener un blog, lo que deberías centrarte es en:

  • Crear contenido épico para tus lectores.
  • Hacer llegar este contenido a tu lector ideal (redes sociales, seo).
  • Olvidarte de todo lo demás.

Y no por ejemplo, lo que hace el 80% de las personas.

  • Intoxicarse con miles de artículos que proporcionan información redundante y la cual no podemos aplicar actualmente a nuestra situación.
  • Perder el tiempo en redes sociales y en los aspectos de la web que no son tan importantes (diseño, plugins, etc.)

En el caso del podcast y el libro, intentaba leer todo lo posible acerca del tema, e intentar aplicarlo a mi proyecto.

Sin embargo, me he dado cuenta de que al final, lo único que estaba haciendo es procrastinar el lanzamiento o la publicación del libro.

Cambié mi estrategia de dedicar mi tiempo al 80% de esas tareas, y me centré en ese 20% increíble que fue:

  • Escribir todas las mañanas al levantarme como mínimo 1000 palabras para seguir avanzando en el libro.
  • Crear las cosas necesarias para el podcast (intro, guión, plan de negocio).
  • Pensar en cómo publicitarlo y llegar a mi lector ideal.
  • Lanzarlo durante las dos próximas semanas.

Como te podrás imaginar, la cosa ha cambiado mucho. Según Toggl (la herramienta que utilizo para medir mi tiempo), he reducido la cantidad de tareas que realizaba en el 20% que me producen el mayor resultado (creación de infoproductos, preparación al podcast y redacción de post).

He pasado de tener en febrero bocetos e ideas en la cabeza a meterme de lleno y poder decir que tengo el libro casi terminado y el podcast preparado.

que hacer para concentrarse mejor
Gráfico de horas dedicadas al blog en los meses de febrero y marzo (izquierda y derecha respectivamente).

¿Ves la diferencia de diversificación?

Entonces… ¿Qué hay que hacer para concentrarse?

Mide y actualiza los indicadores más importantes de tu vida para evitar la dispersión

“Lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora se degrada siempre”. Lord Kelvin

Si no sabes ni qué ni como haces las tareas durante el día, ¿cómo vas a corregir tus errores?

La información que obtienes de ti juega un papel muy importante en tu concentración y en adivinar cuál es ese 20% al que debes dedicar tu tiempo.

¿Sabías que dormir más de lo normal también reduce tu energía y disminuye tu productividad?

Desde que he empezado a medir datos importantes en mi día, he mantenido el foco en qué es lo que quiero conseguir y a qué es lo que quiero dedicar mi tiempo.

Por ejemplo, mi sistema de medición en este último mes ha sido:

  • Poner en un folio el objetivo semanal. ¿Qué es lo que debo haber terminado para entonces?
  • Objetivo diario. Cada mañana al levantarme pienso qué es lo que debería haber terminado cuando acabe el día. De este modo, me centro en lo más importante nada más levantarme.
  • ¿He leído mis 20 páginas diarias? Opción a rellenar al final del día, en caso de que haya sido no, explicar por qué.
  • Gastos de cada día. Para tener a final de mes una gran visión de cuánto y de donde provienen mis gastos.
  • Tiempo dedicado a los proyectos online y en qué (has visto el diagrama un poco antes).

Esto te requiere menos de 5 minutos cada día, y puede cambiar por completo la forma en que trabajas, aumentando así tu concentración.

Hace poco, leyendo a Sebastian Marshall en el libro de Ikigai, he decidido optimizar este pequeño sistema con algunos indicadores que él utilizaba también, por ejemplo, el tiempo dedicado a:

  • Hacer ejercicio.
  • Sueño.
  • Meditación.

Mi consejo es que empieces a medir cosas sencillas, los gastos y el tiempo por ejemplo. Intenta ver si has cumplido algunas cosas que te has propuesto o no.

A partir de ahí, irás mejorando tu capacidad y habilidad e irás emplementando un sistema de medición como hábito.

Sin duda alguna, este es el hábito que me ha producido un mayor beneficio en mi concentración. Gracias a esto sé a qué dedico mi tiempo y cómo optimizarlo para producir el mayor número de resultados.

Te aseguro que, si crees que estás 6 horas trabajando, muchas de ellas son improductivas. Midiéndotelo, sabrás la cifra real de lo que produces y de lo que no.

No es el momento hasta el que te chocas con la realidad cuando empiezas a cambiar tu actitud.

Evita distracciones

Por supuesto, el siguiente gran enemigo de la concentración son las distracciones. Vivimos en un mundo donde el ruido forma parte de nuestra vida diaria (redes sociales, televisión, móvil, Whatsapp, etc.).

En este punto te digo exactamente lo mismo que el anterior. Si supieras la realidad del tiempo que desperdicias con el ruido (ese 80% que te comenté antes), comenzarías a actuar diferente.

Para ello, te propongo dos hábitos que he adquirido y que han mejorado mi capacidad de concentración.

Analiza y mide el tiempo que pasas con el móvil

Una de las mayores pérdidas de tiempo hoy día son las redes sociales y el Whatsapp. Hemos llegado a un momento que no somos capaces de darnos cuenta de esto.

El efecto negativo no es solo el tiempo que desperdiciamos en este tipo de situaciones, si no dificultad de concentración para el resto de tareas que debemos realizar y la cantidad de interrupciones a las que nos sometemos.

No te digo que no uses el móvil ni mucho menos, me refiero únicamente a conversaciones de grupos de Whatsapp en las que no se habla nada, horas perdidas viendo vídeos de Facebook y Youtube o las historias de Instagram.

Para ello utilizo la aplicación Quality Time (Android). Para dispositivos Apple creo que se utiliza Momento o algo así.

Esta aplicación tiene la capacidad de medirte el tiempo que pasas al día en las diferentes aplicaciones de tu móvil. Obtendrás un informe detallado de cuantos minutos has navegado por cada aplicación.

Lo mejor de todo es que también puedes poner tus propios límites y automáticamente la aplicación se bloquea hasta el día siguiente.

Te aseguro que te va a sorprender la cantidad de horas que pierdes al día.

Evita abrir el email y redes sociales a primeras horas de la mañana

Otro de los hábitos que me han hecho concentrarme mejor en el estudio y el trabajo es no mirar nada de redes sociales ni email a primeras horas de la mañana (de hecho, ni Whatsapp).

Tenemos una tendencia a que sea lo primero que abramos nada más despertar.

¿Qué es lo que ocurre?

Ves un email de algo urgente que debes hacer, un vídeo con el que pierdes más tiempo de la cuenta o algo que le tienes que hacer a un amigo.

Para mí, esto es empezar el día reactivamente; es decir, comenzar el día viviendo en función de los demás y no de ti mismo.

Lo primero que hago nada más levantarme últimamente es una meditación de 10 minutos. Me pongo a escribir (ya sean posts como este, o infoproductos) unos 50 minutos o hasta que me empiece a sonar la barriga y me entre hambre.

Es entonces cuando suelo dedicar unos 40 minutos para desayunar y leer (para mí, uno de los mejores momentos del día).

Después de esto, si tengo clases voy a clases y ya comienzo a mirar el móvil. Si no, sigo otra hora de trabajo duro con alguna tarea difícil que tenga entre manos.

Es en el segundo descanso (después de haber trabajado unas 2 horas y leído 40 minutos) cuando veo el móvil y el email por primera vez.

Para entonces ya habré comenzado el día activamente; es decir, haciendo únicamente lo que yo quiero hacer.

Aunque parezca una tontería, muchas de las veces comienzas a mirar internet o whatsapp, y se te van las horas sin hacer nada (por lo menos a mí me pasaba).

Tips y técnicas para aumentar la concentración al estudiar o en el trabajo

Hay personas que nacen con una habilidad natural para la organización y la concentración. Sin embargo, para las personas mortales he de decir que se puede aprender a concentrarse.

Hay algunos hábitos que estoy empezando a adquirir y que también ayudan a mejorar la concentración en todos los aspectos de tu vida.

Son algunas técnicas que he leído en diferentes libros y que he ido aplicando. Del mismo modo, te voy a mostrar todas las que a mí me han funcionado.

La idea es que pruebes todas las que quieras y te quedes con las que mejor te funcionen, ya que cada uno funciona de una forma completamente diferente.

La técnica de Pomodoro modificada.

Por si no la conocías, la técnica de Pomodoro consiste 25 minutos de estudio duro, para posteriormente hacer 5 minutos de descanso. Repetir este proceso durante todo el día, haciendo un descanso algo mayor (10-15 minutos) cada 3 o 4 pomodoros.

¿Cuál era el problema de esta técnica?

Que hay veces en las que estoy tan concentrado que cuando suena la alarma a los 25 minutos me parece completamente absurdo parar.

Es por ello que comencé a aplicar esta técnica, pero modificada.

En vez de ponerme una alarma lo que hago es comenzar el cronómetro a la vez que empiezo a trabajar.

Intento estar al 100% hasta que crea que me he desconcentrado. Si han pasado 25 minutos, me tomo la libertad de parar y si no, sigo hasta los 25 minutos para tomar el descanso de 5.

Es decir, puedo hacer 1 hora y media seguida, o puedo hacer 25 minutos, dependiendo de mi estado de forma.

Aunque normalmente me suelo quedar en 40-45 minutos de foco continuo sin distracciones.

Hasta ahora, esta es la técnica con la que más productivo soy.

¡Ojo!

Durante el tiempo que esté concentrado, 0 móviles y 0 distracciones. Es durante los descansos, cuando intento levantarme darme un paseo de 1 minuto y contestar algunos whatsapp.

¿Ves la diferencia?

Prioriza las tareas y trabaja por bloques

Otra de las técnicas que me he dado cuenta es la de dividirme el día en función de las tareas, además de trabajar por bloques.

Es decir, organizo mi día en función de:

  • Las tareas más pesadas y que necesiten una mayor concentración y creatividad las haré a primera hora de la mañana (creación de contenidos, decisiones estratégicas, estudios de memoria, etc.).
  • Las tareas en las que no necesitas estar presente al 100% las dejo para cuando no pueda más y esté un poco saturado (analizar estadísticas, compartir en redes sociales, responder al email o a los comentarios en el blog, hacer los ejercicios de las asignaturas que estoy estudiando, etc.).
  • Intento no realizar una segunda tarea hasta que acabe la primera (o al menos no dos en una mañana). Si esta tarea es muy grande, especifico una especie de “breaking points” -gracias Patt Flynn- o puntos de no retorno, donde puedo parar sin una penalización muy alta (terminar un capítulo cuando estoy escribiendo un libro, por ejemplo). Este punto es muy importante ya que, si dejas una tarea a medias, el esfuerzo y tiempo que necesitarás para entrar en situación algunos días más tarde es mayor que si lo haces esa misma tarde (en producción, esta pérdida se llama set-up). Si terminas acumulando tiempos de set-up de diferentes tareas se vuelve en una auténtica bomba de improductividad y costo para ti.

Te recuerdo que esto es algo que me funciona a mí (hay personas que su concentración viene antes de dormir, o a una hora completamente diferente). O incluso que les gusta trabajar con música y otros que no.

Invierte en ti mismo

Una de las lecciones que más he aprendido y aplicado estos últimos años es el “afila la sierra” de Stephen Covey.

Te voy a contar una pequeña historia que vas a entender genial:

“En una competición canadiense, se enfrentan un joven y un sabio leñador para ver quién es capaz de talar más árboles en 8 horas. El joven comenzó a trabajar duro al comienzo de la prueba mientras que veía al sabio leñador sentado. El joven pensó que ganaría ya que posee más resistencia y fuerza. Además, le dedicaba más tiempo a talar mientras que el sabio descansaba.

Cuando acabó la competición, el joven se sorprendió al ver que el sabio le había vencido holgadamente y le preguntó: “Señor, ¿cómo ha podido talar más árboles, si cada vez que miraba para su lado se encontraba sentado descansando?”

Este le contestó: “No joven, no estaba descansando. Estaba afilando el hacha. ¿Cuánto tiempo has dedicado tú a afilar el hacha?” Evidentemente, el joven le respondió que no había tenido tiempo para afilar el hacha, que había estado muy ocupado trabajando duro golpeando fuerte contra los árboles.”

Aunque creas que el joven era un estúpido, este somos nosotros la mayoría de ocasiones en nuestra vida. Creemos que no tenemos tiempo para nosotros mismos, y lo único que estamos haciendo es intentar talar árboles con un hacha sin afilar.

Invertir en ti mismo es el tiempo más preciado cada día y el cual vas a agradecer toda tu vida.

Para mí, mi rutina mañanera es sinónimo de invertir en mí mismo. Hago algo que me encanta y cojo la fuerza necesaria para el resto del día.

Otros aspectos de gran importancia son:

  • Cuidar la alimentación. Un aspecto muy importante que pasamos por alto. Nuestro cuerpo es pura química y existen alimentos que nos proporcionan una mayor concentración que otros.
  • Hacer ejercicio. Una de las variables más significativas a la hora de ser productivo. Realizar ejercicio no solo te despeja y te renueva mentalmente, si no que te ayuda a concentrarte mejor y a pensar con una mayor claridad.
  • Dormir. Otro aspecto de gran importancia. Aquí lo que te recomiendo es medir las horas que duermes semanalmente e identifica qué semanas has sido más productivo (suele estar relacionado). En mi caso, me di cuenta de que durmiendo 9 horas diarias, disminuía mi productividad. Me notaba más cansado y pesado (no es solo un problema dormir poco, sino que dormir mucho también). Al final es ir probando para “hackear tu cuerpo” y llegar al punto óptimo.

Conclusión final

Tu capacidad de concentración no es algo que cambie de un día para otro, pero te aseguro que poco a poco, se pueden conseguir grandes resultados.

El mayor impacto que he tenido en cuanto a concentración ha sido desde que empecé a trackear mi tiempo hace 6 meses.

En sin duda el consejo principal con el que quiero que te quedes. Me gustaría animarte a que lo probases, aunque solo sea una única semana, para ver qué es lo que ocurre.

Puedes utilizar la aplicación gratuita de Toggl (es la que yo empleo y con la que puedes ver gráficos tan molones como la foto de este post).

Aunque parezcan técnicas y consejos muy obvios, tristemente, la mayoría de las personas no son capaces de trabajar más de 50 minutos seguidos sin mirar el móvil o las redes sociales.

Con que apliques algo de lo que te he contado hoy me daré por satisfecho 🙂

Ahora quiero que me cuentes tú, ¿Cuál es tu principal problema a la hora de concentrarte? ¿Conoces alguna técnica que no haya mencionado para concentrarse mejor?

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