Antifragilidad. Cómo dominar y vencer la incertidumbre en tu vida

Durante este año, me he dado cuenta de que las personas confunden el término seguridad para escapar de la incertidumbre (asociada con riesgo).

¿A qué me refiero?

En España, las personas prefieren tener un empleo por cuenta ajena porque eso les transmite “seguridad”. Tener un horario, un sitio donde ir y un sueldo fijo a final de mes.

En realidad, esto sería falta de variabilidad, porque ya predices lo que vas a tener a final del mes. Sin embargo, estás dejando que tus ingresos y tu vida dependa únicamente de un tercero que en cualquier día te puede despedir o incluso quebrar, así que seguridad no tiene mucho.

Por otro lado, aterra la idea de ser autónomo (aunque puedas llegar a cobrar más) porque la mentalidad española es de autónomo=variabilidad=riesgo.

Sin embargo… déjame hacerte una pregunta.

¿Comprarías gasolina durante el próximo año a un precio fijo de 1,70€/litro?

Apuesto a que no, aunque te digan que si sube o baja el precio (variabilidad), tú seguirás pagando lo mismo (1,70).

Cisnes Negros

El libro Antifrágil me ha hecho reflexionar mucho sobre este tema. Según Taleb, el principal problema es que predecimos bastante mal los cisnes negros.

Un cisne negro es un suceso completamente aleatorio y de muy poca probabilidad con un impacto muy grande (positivo o negativo). Por ejemplo:

  • El 11S
  • Viajar a Vietnam 3 semanas y que tengas un accidente
  • Que te despidan del trabajo

Muchos cisnes negros ocurrirán a lo largo de tu vida personal y profesional.

La cuestión es… ¿Cómo puedes ser capaz de aumentar la antifragilidad y anteponerte ante ellos?

Diferencia entre Concavidad y Convexidad. Cómo evitar el riesgo y la incertidumbre

Taleb simplifica que nuestra vida y decisiones se basan en dos gráficos muy simples: el de concavidad y convexidad.

Concavidad o fragilidad

Cuando estamos en el gráfico de concavidad, nuestra vida se basa en tener pequeñas/aceptables ganancias limitadas a la espera de que ocurra un cisne negro y lo perdamos prácticamente todo. Por ejemplo, un empleado que apenas ahorra y el empleo es su única fuente de ingresos (muchos de los despidos en la anterior crisis), o el caso de no contratar un seguro de viajes si sales de Europa.

“Pedro está dispuesto a hacer su viaje a Vietnam de 3 semanas. Haciendo los preparativos se da cuenta de que el Seguro Médico le costaría 65€, sin embargo, cree que no es necesario porque no le va a ocurrir nada y son 65€ que se ahorraría para gastarlos en otra cosa”.

Como puedes suponer, Pedro está actuando en concavidad. Tiene ganancias limitadas (alrededor de 60€ cada vez que se va de viaje) y le saldrá bien 1,2,3 o incluso 15 veces. El problema aquí es que es muy frágil, ya que con que una vez salga mal acabaría arruinándose como podemos ver en la siguiente imagen:

la incertidumbre
Efectos de un Cisne Negro en un sistema cóncavo

Convexidad o antifragilidad

Sin embargo, cuando estamos en el gráfico de la convexidad, nuestra vida se basa en tener pequeñas pérdidas limitadas, o muy pequeñas ganancias a la espera de que ocurra un cisne negro positivo.

Por ejemplo, crear una página nicho o la persona que invierte el 10% de su ahorro en posibles negocios que puedan explotar.

“Raúl ha decidido que es el momento de lanzarse en internet tras haber realizado la compra de The Niche Formula. Sus pérdidas al principio son limitadas: el precio del curso, el alojamiento web o la compra del dominio. Después, tendrá que dedicar tiempo y esfuerzo para tener éxito”

Como ocurre en esta segunda historia, Raúl se encuentra en el lado de la convexidad. Tiene pequeñas pérdidas (limitadas) a la espera de un cisne negro (que uno de los proyectos que empiece le salga bien, que conozca a alguien interesante…) y entonces, sus ganancias serán ilimitadas.

riesgo positivo
Efectos de un Cisne Negro en un sisema convexo

Ten opciones y corrige las malas decisiones

Bien Jesús, estos ejemplos son muy claros, pero… ¿Cómo puedo saber si estoy en el lado cóncavo o convexo?

Una de las claves es la opcionalidad, un término que no valoramos lo suficiente y que es imprescindible en tu vida.

“Pedro, Manuel y Juan están organizando un viaje a Corea. Deciden contratar una guía y hacer una ruta de 8 días, estando dos días en Seúl y el resto por Corea. Antes de partir, ya tenían todo pagado (alojamientos, transporte, guía…).

Una vez pasan dos días en Seúl, a pesar de que la ciudad les ha encantado y les han faltado muchas cosas por hacer, tienen que seguir su ruta. El resto del viaje no es tan divertido como Seúl. Una vez de vuelta en el avión, se quedan con la sensación de que deberían haber tenido un poco más de libertad  y tiempo en la capital para disfrutar de la ciudad» 

En cambio, el otro ejemplo sería:

“Julián y Marta han decidido hacer un viaje a Corea. Únicamente tienen el vuelo y algunos alojamientos reservados con Booking (todos con cancelación gratuita hasta un día antes). Cuando llegan a Seúl, en el hotel le dicen que lo mejor de Corea es la ciudad, que estén 5-6 días para disfrutarla y que después dediquen el resto para ver zonas fuera de Seúl.

Entonces, reorganizaron el viaje y cancelaron los hoteles para reservar nuevos. En el avión de vuelta comentaban que menos mal que aquella persona local les recomendara quedarse en Seúl”

Aunque esta información sea inventada, es una situación perfectamente real (y seguro que os ha pasado más de una vez). Lo que quiero hacerte ver es que esto ocurre con todas las decisiones de nuestra vida (aceptar un trabajo, pedir un préstamo, crear un negocio, estudiar una carrera…).

Tener opciones de ajustar después es primordial para ser antifrágil por una simple razón: la vida real nunca será como la planeada.

Hasta que no llegues a Corea, veas la ciudad y conozcas a personas locales, no tendrás la información suficiente para decidir si hacer una ruta como la de Pedro y Manuel o como la de Julián y Marta.

La idea final es fortalecer tu antifragilidad con el objetivo de sobreponerte a los cisnes negros negativos y aprovechar los positivos.

Algunos consejos extra para la antifragilidad y la incertidumbre

Si tuviera que quedarme con algunos puntos clave sobre cómo reducir el riesgo en nuestras vidas sería:

Acepta que hay cosas que no están bajo tu control

Hace tiempo escribí un artículo relacionado con este sobre cómo tener suerte en la vida donde hice hincapié en el factor X.

Hay cosas que no están bajo nuestro control y que no debemos gastar nuestras energías en ellas.

Esto quiere decir que la incertidumbre es normal y hay que aprender a convivir con ella. Yo no sé a ti, pero a mi me aterraría que me dieran un libro escrito con lo que me va a ocurrir el resto de la vida.

Mientras tanto…

Crea un sistema en el lado cóncavo

Ahora que ya entiendes un poco mejor el término antifragilidad, sabes qué tipo de situaciones debes evitar.

Céntrate en crear un sistema de acciones que aumenten tus probabilidades de éxito, y por favor, que no te puedan dejar fuera de juego.

incertidumbre
Situación estándar en un sistema convexo

La variabilidad es un buen aliado

Como el ejemplo de la gasolina que te pregunté al principio, la variabilidad no tiene por qué ser mala. Según Taleb, la variabilidad es necesaria para el ser humano y para la naturaleza hasta cierto punto.

Necesitas variabilidad en:

  • Ejercicio físico (no podrías estancarte y no aumentar la intensidad o cambiar de ejercicio)
  • Alimentación (no podrías comer todos los días lo mismo)
  • Fracasos y aprendizaje (tú te beneficias de los pequeños fracasos)

Por lo tanto no es algo que debas temer siempre y cuando actúes con cabeza.

¿Y tú? ¿Tenías en cuenta todo lo que te he contado en este artículo? ¿Qué te ha parecido?

4 comentarios en «Antifragilidad. Cómo dominar y vencer la incertidumbre en tu vida»

  1. Hola Jesús.

    Pues verás, he leído tu correo anterior sobre los libros que leíste el año pasado, y me he apuntado tres. Uno de ellos ya lo he pedido y está en camino. En cuanto a los otros dos, uno es éste, «Antifrágil». Ya le he echado un vistazo al libro anterior del autor, «El cisne negro», y creo que lo leeré primero, aunque algo me dice que no me va a sorprender, porque yo llevo viviendo «un cisne negro» desde principios de 2009, cuando tomé una decisión errónea en mi vida que he pagado cara, tanto personal, como económica y, sobre todo, emocionalmente. Bueno, ya veré si lo leo… dejo al devenir que decida por mí. El que sí leeré será «Antifrágil»… si el devenir me lo facilita, je, je.

    En cuanto a tu artículo sobre este libro, te diré que algunas de las ideas que planteas, ya las vengo poniendo en práctica desde hace tiempo, eso sí, sin saber si mi actitud frente a posibles imprevistos era la correcta. Sencillamente, me adapté a la incertidumbre y ya está, lo acepté y gané en tranquilidad mental. He ido tomando decisiones y planificando sabiendo que «no podré» cumplirlo al pie de la letra porque no todo depende de mí. He tardado muchos años en reconocer y aceptar esto. De hecho, tengo pegada en el monitor del ordenador una cita de Dwight D. Eisenhower que dice: «En la preparación para la batalla, siempre he encontrado que los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable».

    Efectivamente, como señalas en tu artículo, me he centrado en crear un sistema de acciones que aumenten mis probabilidades de éxito, nada más. El resto, ya lo iré viendo tal como venga y decidiré sobre la marcha…

    Además, ha llegado un punto en el que me he imaginado planificando el día a día y como esa planificación se cumple estrictamente, así, semana tras semana, mes tras mes… y el resultado me ha parecido tan automático que es tremendamente aburrido, es como si mi cerebro se quedara en línea plana porque no hay un estímulo exterior accidental al que hacer frente, porque todo lo previsto se cumple con exactitud. ¡Qué horror!

    En fin, que me ha gustado mucho tu artículo, muy interesante. Y una cosa más: Raúl (supongo que es una persona ficticia) considera o trata la compra del curso The Niche Formula como una pérdida; pues no, se equivoca, la compra del curso debe considerarla o tratarla como una inversión, y por lo tanto, debe sentirse satisfecho porque ha invertido un dinero, no lo ha perdido.

    Un saludo cordial.

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    • ¡Sandra!

      Vaya pedazo de comentario 🙂

      Estoy completamente de acuerdo contigo. La variabilidad y el no tener un plan dentro de un plan (valga la redundancia) son fundamentales en nuestra vida.

      Sobre lo de Raúl, era ficticio claro y le tendremos que chillar jeje. Como bien dices, siempre será una inversión.

      PD: ¡Ya me contarás cuando te leas los libros de Taleb!

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  2. Hola libre viajero;
    me ha encantado tu artículo porque constantemente lo veo a mi alrededor.
    Graciasss porque reflexionar sobre la incertidumbre y ver que tenemos oportunidades(solo si las buscamos porque la suerte no la concibo)
    Nos hace mucha falta a todas las personas reflexionar.
    Algunos más valientes con sentido común aplicaremos oportunidades aunque nos acojone ó podamos equivocarnos.
    Yo soy valiente y me acojono con los nuevos proyectos que sé que con esfuerzo puedo salir ganadora aunque tenga riesgo de equivocarme y quiero dar ánimo a las personas que se formen e investiguen sobre el proyecto que desean para aplicarlo con la ilusión para la recompensa que les pueda preportar.
    Así que ¡ al lío , con agallas y perseverancia!
    Este artículo me ha venido «al pelo» en estos momentos de mi vida donde hay cambios generacionales en mi empresa y con muchos conflictos personales pero no voy a tirar la toalla porque ¡tendré mi recompensa! ?
    Un abrazote
    Amparo

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