¿Existe la suerte?

“La suerte es una combinación de causas que nos afectan y de la cual, en la mayoría de los casos, no podemos tener el control”

Siempre he sido un buen estudiante.

Desde pequeño en el colegio era  muy responsable. Hacía todos mis deberes y estudiaba lo necesario para tener  sobresalientes (en la mayoría de los casos).

Lo peor es que siempre me llegaban comentarios del tipo:

“Joder Jesús, que suerte tienes siempre” o “Es que tú eres muy listo, yo por más que lo intente es imposible”.

Lo único que pensaba era en qué leches me estaban contando, si cualquiera de mis amigos hacía lo mismo que yo (poner un poco de interés y ser responsable) obtendrían los mismos resultados que yo.

Todo esto que te estoy contando estableció en mi sistema de creencias la idea de que un resultado B daba lugar siempre debido a un suceso A.

Vaya, que tus resultados única y exclusivamente dependían de ti.

Mi cambio de paradigma acerca de la suerte

Cuando llegó la universidad y entré en Ingeniería Industrial todo este paradigma cambió por completo.

Seguí con la misma filosofía hasta el momento que suspendí Elasticidad y Resistencia de Materiales 3 veces seguidas.

¿Qué era lo que estaba ocurriendo?

Había estudiado más que en cualquier asignatura de mi vida, ¡y encima 3 veces!

Sin embargo, el resultado no era el que yo esperaba.

Fue complicado asimilarlo, pero en ese momento me di cuenta de que el 100% de los resultados no dependían únicamente de mis acciones.

Es decir, no solo dependía de la cantidad de horas que le dedicaba a la asignatura o de mi capacidad de resolver los problemas propuestos sino que dependía de otras causas y factores que yo no podía controlar como:

  • Que tuviese un buen día en el examen y me llovieran ideas felices.
  • Que fuese un examen medianamente asequible, y no para acribillar a todo el mundo.
  • Qué coincidieran las preguntas que más puntos tenían con las que mejor me podía defender.
  • Que el profesor no estuviera viendo perder al Betis cuando corrigiese los exámenes.
  • Etc…

El día en el que el conjunto de todos estos factores jugó a mi favor (a la cuarta convocatoria), tuve un 7.6.

¿Existe la suerte o el destino?

Bien Jesús, todo esto esta genial pero… (Aquí llega el debate).

El mundo es muy complejo y todo está interconectado entre sí.

He llegado a escuchar que si todos los asiáticos saltan a la vez, producirían seísmos en la parte occidental del planeta.

Por lo tanto, todas las acciones que he comentado antes podrían ser teóricamente controlables.

  • Si tú llevas una vida saludable y descansas lo suficiente el día anterior al examen, te encontrarás en perfectas condiciones.
  • Que el examen sea asequible o no, no solo depende del profesor. Cuanto más estudies y machaques el temario, más fácil te parecerá.
  • Igual que lo anterior, si te preparas todo el temario por igual, podrás completar las mismas preguntas en buenas condiciones.
  • El estado de ánimo del profesor corrigiendo los exámenes depende de él y de todo su alrededor (familia, amigos, etc.).
  • Etc…

Llegamos a la clásica disputa filosófica entre deterministas e indeterministas acerca de si existe el azar.

Si crees que todo lo que ocurre es controlable si disponemos de la información adecuada es determinismo.

Por ejemplo, podrías predecir el número que va a salir cuando tiras los dados si conoces la fuerza con la que lanzas, el rozamiento del dado con el suelo y todos los parámetros físicos necesarios. Teóricamente sería posible (causa-consecuencia).

O sin embargo, si crees que las cosas siguen su rumbo dependiendo de las acciones que tú hagas; es decir, si no hay nada escrito es indeterminismo.

existe la suerte y el azar

Estés en un lado o en el otro, llegamos a la conclusión de que en la realidad hay ciertos factores que no podemos controlar y que además, nos afectan en gran medida.

Por lo tanto, la suerte existe pero no es algo divino. Es fruto de una o un conjunto de causalidades que no podemos deducir antes de que ocurran (sobre todo si entran otras personas en el juego).

Tú nunca vas a saber la dificultad del examen que vas a realizar ya que esto depende de la propia voluntad del profesor.

Así ha sido como mi nuevo paradigma del azar se ha transformado. Ahora, sii haces A, hay un X% de probabilidad de que ocurra B.

Esta X, será mayor o menor en función de lo que dependa de ti esa acción.

Este factor X, en concreto, sería a lo que yo llamo suerte o azar.

El papel del azar importa más de lo que crees

Afirmar que la suerte no existe o que es un mito puede llegar a ser un error bastante grave, ya que de un modo u otro, afecta a nuestros resultados y debemos tenerla en cuenta.

Por ejemplo, cuando escribo un post para que se haga viral, es como si fuese a jugar la lotería.

Pongo una bolita mía dentro de la ruleta (cuantos más post escriba, más bolitas tendré).

Realmente yo no puedo controlar que se haga viral (obviamente, la calidad importa, pero eso no lo es todo).

Que alguien afín lo comparta en el momento adecuado y que este se vuelva a compartir es primordial.

Si esa persona no entra en Facebook, o simplemente no lo ve, la rueda no se comenzaría a generar.

El timing u otros factores impredecibles son muy importantes a la hora de que ocurra algo que queramos o no.

Esto me ha dado para pensar, por lo que eché la vista atrás y he reflexionado acerca de los factores o causas que me han llevado a escribir este post.

  • Nacer en el mundo occidental, concretamente en España. La calidad de vida y las facilidades que tenemos no serían posibles si hubiese nacido en el sudeste asiático.
  • Estudiar Ingeniería Industrial. Mi vida podría haber sido completamente diferente si hubiese escogido otra carrera. Pasar un mal año en segundo me hizo reflexionar y querer un cambio en mi vida.
  • Que llegara a mis manos el libro Padre Rico, Padre Pobre en el momento justo. Cambió por completo mi paradigma de cómo veía el mundo laboral y decidirme a emprender mi propio camino hacia la libertad financiera y los ingresos pasivos. Ahora la pregunta era… ¿Cómo?
  • La solución la encontré en el blog de Ángel Alegre. Pura inspiración al ver que era posible y que habían más personas que lo estaban haciendo.
  • Tomar la decisión de pedir la Erasmus. Aunque eso no es todo, mi primera opción fue Polonia pero me quedé el primero de los reservas y tuve que elegir la segunda opción (Brasil).
  • Que mi amigo al que también le había dado la plaza se decidiera por no venir. Viajar solo ha sido uno de los incentivos a crear este blog.
  • Vencer todos mis miedos y tomar la decisión de comenzar a escribir y contar mis experiencias.
  • Llegar a mis manos el libro de Nassim Taleb: ¿Existe la suerte? Me di cuenta de que en muchos casos estamos engañados por el azar, y decidí reflexionar sobre ello y escribir este post.

Algunas de estas situaciones dependían de mí (como tomar la decisión de lanzar el blog), otras no (como fue ir a Brasil solo, en vez de a Polonia).

Algunas eran pequeñas decisiones y otras no lo fueron tanto.

Todo ello ha hecho que yo esté aquí, y que tú estés leyendo estas palabras.

¿Alguna vez te has parado a reflexionarlo?

¿Cuál es la probabilidad de que algo que te haya ocurrido no hubiese salido así?

Hay una película que vi hace tiempo: Las posibles vidas de MR Nobody.

Cada mínima acción que realizabas, por muy pequeña que fuese, tenía un efecto en cadena en tu vida que acabaría con otra vida completamente diferente.

¿Increíble, verdad?

Aunque también está el lado negativo… y es lo que te voy a contar ahora.

Actuar de la forma adecuada, no implica siempre obtener los mejores resultados

Por mucho que no queramos, siempre es así, los ganadores son los que escriben la historia.

Te pongo un ejemplo:

10.000 gestores tienen la posibilidad de ganar o perder 10.000 euros al año.

La probabilidad de ganar es del 30%, y si pierdes una vez, estás fuera del juego.

Cuando pase el primer año, 7.000 gestores habrán perdido y 3.000 habrán ganado.

Cuando pase el segundo año, solo quedarán 900 gestores. El tercero, 270.

Y cuando pase el cuarto año solo quedarán 81 gestores que han ganado de forma consecutiva 10.000 euros durante cuatro años.

¿Ves?

Simplemente por suerte, 81 gestores habrán ganado 40.000 euros.

Creerán que tienen una técnica especial, o una metodología que hace que hayan llegado hasta ahí, y simplemente ha sido suerte.

Cuando pase el 5º año (solo quedarían 24 vivos), los 57 que han perdido se preguntarán qué ha podido pasar. Intentarán descubrir por qué han perdido si estaban aplicando un método que era «realmente bueno».

Y simplemente, ha sido suerte de nuevo.

A veces estamos engañados por el azar, y hay que saber identificar este tipo de situaciones.

Y no solo para el ejemplo anterior, también se da el caso de que estés haciendo algo de forma correcta, y por el mero hecho de no haber tenido suerte una vez, no lo consigas y lo acabes dejando por desmotivación.

Por ejemplo:

  • Cuando suspendí Elasticidad por segunda vez consecutiva, yo estaba estudiando de la forma correcta, o al menos, hacía todo lo posible que estaba en mi mano. ¿Por qué a la siguiente vez aprobé e hice exactamente lo mismo?
  • Imagínate que ves a una chica en una discoteca bailando, te ha encantado y quieres acercarte a conocerla. Tú puedes ser el más atractivo del mundo, hacerlo lo mejor posible, ser cariñoso y aun así, no tener el éxito garantizado. Como ella no tenga ganas de conocer a alguien , tenga novio o simplemente, esté de mal humor te llevarás un buen palo. Sin embargo, si haces lo mismo en otro momento en el que las condiciones sean beneficiosas, lo habrás conseguido. ¿Lo ves? No es que seas un fracasado en el amor, simplemente no has tenido suerte 😉

De modo que, tanto para las acciones positivas como para las negativas, hay que saber identificar cuando hemos tenido buena o mala suerte.

Y esto no es nada fácil. Por naturaleza, el ser humano se atribuye el éxito de todo (cuando hemos comprobado que no es así) y cuando algo sale mal hacemos las dos cosas, o bien nos sentimos fracasados, o echamos balones fueras y culpamos a todo el mundo (tampoco es así).

Es un tema muy abstracto, y del cual me encantaría iniciar un debate con vosotros 🙂

Una cosa que me queda completamente clara es que sin actuar no hay ganadores. La ecuación era B= A * X

Si A (nuestras acciones) es igual a 0, el resultado tampoco se obtiene por magia divina.

Por lo tanto, lo único que debemos hacer es actuar y aumentar las probabilidades de éxito, pero esto lo dejo para el siguiente post de esta mini serie (puedes verlo haciendo clíck aquí).

Si te ha gustado, no olvides suscribirte al blog desde este enlace. Además, te llevarás gratis mi ebook con las 7 frases que cambiarán tu vida.

Si te ha parecido interesante, ¡compártelo con tus amigos en las redes sociales!

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Ahora me gustaría que hablaras tú.

¿Qué te ha parecido todo esto? ¿Crees que existe la suerte? ¿Qué opinas acerca del azar?

Creo que puede resultar un debate interesante 🙂

2 comentarios en «¿Existe la suerte?»

  1. Gran reflexión, Jesús. Es algo en lo que pienso con frecuencia. Por ponerlo en términos de juegos de rol… Tú no puedes controlar que te salga un 6 en tu tirada de dados pero sí que puedes hacer todo lo posible para acumular tantos dados como puedas. Con ocho dados en la mano podrás sacar más 6 que con un único dado. Estarás poniendo la «suerte» o el «azar» de tu lado, aunque lógicamente el 100% de efectividad nunca estará garantizado.

    De ahí esa mítica frase de «fracasa para tener éxito».

    ¡Un abrazo!

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    • No podrías haberlo explicado mejor Antonio 😉

      O incluso, con un único dado, repetir la tirada más de una vez, ¿no? Aunque tires diez veces y ninguna de ellas salga un 6 (nunca tenemos el 100% de probabilidades), aumentarán nuestras opciones de que en alguna de ellas acabe saliendo al fin el dichoso seis.

      Todo esto y varios patrones más para intentar aumentar nuestras probabilidades de tener suerte lo dejo para el post de la semana que viene, que creo que va a estar muy interesante jeje.

      Lo importante es que más o menos quede claro que existe la suerte (o a lo que yo llamo suerte al menos), ya que es un tema muy abstracto y creo que la mayoría de las personas o simplemente lo dejan a un lado (grave error), o no saben identificar bien las situaciones que vivimos (lo cual es difícil).

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